El mes pasado, Margarito Machuguay, de 54 años, que con 7’6″ es el hombre más alto del Perú, llevó el espíritu de los Juegos Panamericanos como miembro del Relevo de la Antorcha 2019 desde Machu Pichu hasta Lima. Margarito pudo hacer este viaje con el apoyo de su silla de ruedas personalizada que se puso a disposición a través de un patrocinio de Plena Global en 2018.
Gracias a su tamaño y comportamiento amigable, Margarito se convirtió en una especie de celebridad regional en la década de los 90, haciendo apariciones como invitado en programas de entrevistas y comerciales. Hoy en día, Margarito pasa su tiempo ayudando a personas que viven con impedimentos físicos en su ciudad natal de Bagua Grande. Sin embargo, él también vive con un impedimento. Debido en parte a su tamaño y edad, Margarito sufre de artropatía, una condición que le causa mucho dolor y limita severamente su movilidad, lo que le dificulta estar de pie o caminar por cualquier período de tiempo o distancia.
En julio de 2018, el Dr. Dave Hepburn de Plena Global se reunió con Margarito en Bagua Grande. Allí el Dr. Hepburn se enteró del trabajo de Margarito para ayudar a otros que viven en condiciones severas y debilitantes, así como de los problemas de salud que él mismo enfrentaba. El Dr. Hepburn también se enteró de que muchos años antes, a Margarito se le había prometido una silla de ruedas personalizada que se adaptaría a sus inusuales dimensiones. Nunca llegó. Conmovido por la compasión y preocupación de Margarito por los demás, el Dr. Hepburn se ofreció a que le construyeran una silla. A su regreso a Canadá, el Dr. Hepburn transmitió esta historia al CEO de Plena Global, Richard Zwicky, quien rápidamente ofreció que Plena Global cubriera todo el costo del diseño y la construcción de la silla de ruedas. Durante los siguientes tres meses, la silla de ruedas motorizada más grande del mundo fue construida en Lima, Perú, donde, en noviembre de 2018, Margarito, acompañado por su hijo de 11 años, hizo un viaje de 22 horas en autobús para recibir y probar esta nueva silla.
Un año después de su primer encuentro con el Dr. Hepburn, Margarito pudo hacer su viaje de 100 metros con la Antorcha Panamericana, gracias en parte a su nuevo juego de ruedas. Algo que no hubiera sido tan fácil de hacer un año antes.